lunes, 27 de febrero de 2012

Cuando un beso llega tarde

Una vida en silencio, puede ser muy placentera; no piensas, te evades, nada ni nadie molesta a tus pensamientos, es, simplemente, una reflexión de ti para ti. Cuando vives aislado de lo que sientes, lo difícil no es callarte delante de los demás, sino silenciar a tu corazón. Ese pequeño con un tatuaje de ``muy frágil´´ que se enamora de lo imposible.
Una vez que dominas tus sentimientos, forjas una coraza de ti mismo, donde puede quedar en su interior daño, odio, nostalgia, ira, temor, y, ¿por qué no?, algo de esperanza, por extraño que parezca.

Al controlar tus emociones, a decirle ``no´´ a algo que te dice ``si´´, empiezas a darte cuenta de que el silencio no es placentero, que en realidad sientes que vas a explotar y tienes que contárselo a alguien. Supongo que es el miedo al fracaso lo que nos impide ser directos, lo que nos lleva a tomar el camino largo y complicado, en lugar del sencillo y rápido. Llegará el día en el que el corazón y la mente, se pongan de acuerdo entre ellos, hasta entonces, seguiremos siendo estúpidos.

Somos indecisos por naturaleza, pero solo para lo que nos importa. No dudamos ni un segundo en evitar a alguien que no nos cae bien, pero en cambio nos podemos tirar una eternidad para decir lo que sentimos a la persona más increíble que jamás conocimos.

Cuando callamos lo que sentimos, estamos renunciando quizás a la mayor oportunidad de nuestra vida, o al mayor fracaso, quién sabe, pero si no decimos nada... ¿acaso no nos estamos dando nosotros mismos la derrota?. Cuando entiendas esto, posiblemente pienses en ello hoy, y volverás a callar mañana. Lo sé, a mí me ha pasado... hay que ser demasiado valiente para llevarlo a cabo.

A veces nos equivocamos, tomamos decisiones que no son las adecuadas, o quizás sí pero no lo sabemos. El único que puede ayudarte a resolver esta duda es el tiempo. ¿Mereció la pena?, ¿hice lo correcto?, ¿volveré a sentir lo mismo?.

El mayor problema es no saber el momento exacto en el que debemos decir las cosas. No intentes averiguar cuándo debes hacerlo, rara vez se sabe con certeza, pero lo que siempre ocurre, pueden ser tres situaciones:
La primera, te expresas antes de tiempo, y pierdes tu oportunidad por impaciente.
La segunda, lo intentas demasiado tarde, no tenías que haber dudado.
La tercera, y más extraña, ACIERTAS.

Dicen que puede ocurrir, que de miles de millones de personas, y en mitad de la infinidad del tiempo, a veces aciertas con la persona y el momento adecuados como para que concedan la oportunidad de ser feliz toda tu vida.
Si lo consigues, si da la casualidad de que has logrado encontrar esa improbabilidad, no la sueltes nunca, no la abandones, pase lo que pase, no cometas el error de pensar que todo será un camino de rosas. Querer a alguien es amar y sufrir.

Atrévete a decir lo que sientes y afronta con firmeza la respuesta que deseas escuchar. Con un poco de suerte no correrás el mismo destino que yo.

Cuando un beso llega tarde no hay nada que hacer, tan solo desahuciar un amor incomprendido y condenado al olvido.
No te equivoques y nunca calles lo que sientes, pues un silencio a destiempo puede hacerte perder lo que más te hubiera gustado tener para siempre.

Yo ya lo perdí...

-Vii Broken Crown-

 ``Si he de luchar será por mí, he aprendido a sufrir...´´
          -Mis demonios, Gaia III-

No hay comentarios:

Publicar un comentario