miércoles, 29 de febrero de 2012

La Noche

Me siento extraño... Ligero... Sin ataduras ni cargas en mi cuerpo. No podría estar mejor, pero sé que no durará para siempre. Me despierto, estoy entre nubes acogedoras que me invitan a quedarme unas horas más, pero no quiero hacerles caso, no se por qué, estoy inquieto. Debo salir.
Me incorporo lentamente e intento ponerme de pie. Aún sigo algo mareado, atontado de volver de mi mundo favorito, perfecto y feliz; El mundo de los sueños. Supongo que la realidad nos hace mantener un estado de malestar permanente en comparación.


Dirijo mi mirada de una lado para otro, en mitad de la oscuridad de mi habitación como si fuera a conseguir ver algo. Decido avanzar hacia el interruptor de la luz, lo pulso y no funciona... Es extraño. Camino hacia la ventana para subir la persiana y que entre un poco de claridad que me permita ver algo, pero me doy cuenta de que la persiana ya está subida. Aún es de noche.
Pero hay algo que no entiendo; En la calle, no consigo ver nada, ni una sola farola encendida, ni una casa con luz, tan solo el brillo de millones de estrellas y una luz plateada acompañándolas. Miro la hora en mi móvil, son las 4 de la madrugada, sé que algo ocurre, tengo un presentimiento...


En un impulso que no acabo de comprender, busco mis zapatos para dirigirme a la puerta, algo me dice que está ocurriendo algo en el exterior, y quiero saber lo que es.
Camino por el pasillo con dificultad, tampoco hay luz. Mi única linterna es mi móvil, que aún funciona. Llego a la puerta de casa y comienzo a abrirla; Estoy en la calle.
Silencio y un manto nocturno que no me deja ver apenas mis propias manos, ni un solo alma en todo el lugar, nada ni nadie, salvo yo. De pronto, algo capta mi atención...


Una silueta de pura luz, en mitad de la calle. Me acerco a ella, y poco a poco asciende, alejándose de mí. Comienza a levitar calle abajo, hacia la costa del mar. Decido seguirla.
Sin apreciar ni una sola luz en toda la avenida, intento perseguir ese resplandor que cada vez se aleja más de mí. Continúo mi camino y cerca del final, me veo rodeado de sombras que me acosan, me retienen, unas extrañas criaturas sin forma definida pero de un color negro intenso que se funde con la oscuridad de mi entorno. Siento que anulan mis fuerzas, mis ganas de seguir, me atormentan, me hacen sentir inferior, me consumen...
Cuando estaba a punto de darme por vencido, la brillante luz vuelve en mi auxilio, elimina a esos seres indeseables y continúa su camino, como si quisiese que la alcanzara.
Comienzo a recobrar las fuerzas y las ganas de seguir, sin dudar, reanudando la marcha hacia la orilla del mar.

Finalmente llego a la costa. El mar en la oscuridad parece un abismo sin fondo, oscuro, infinito, la peor pesadilla de cualquiera, una especie de foso de donde pueden emerger nuestros mayores temores.
Sobre la superficie del agua, aquella esfera de luz continúa inmóvil, centelleante, como si me estuviera observando. De pronto, comienza a tomar forma de una silueta humana. Posa sus pies sobre la superficie del agua, y comienza a acercarse a mí. Estoy asustado, no sé exactamente lo que está pasando, pero parece que quiere decirme algo. Se postra ante mí, y una frase resuena en mi cabeza:


``Mira en tu interior, ahí estás tú, ahí estoy yo´´


Sin previo aviso, la siuleta desaparece, me quedo completamente inmerso en una oscuridad enorme, sin salida, ya ni siquiera puedo ver las estrellas del cielo. Todo es de color negro.

Vuelve la calma, me siento extraño... Ligero... Sin ataduras en mi cuerpo... He despertado.

Me encuentro donde todo empezó, pero con la única diferencia de que ahora es de día. Abro la ventana y contemplo el sol, el cielo azul, las nubes, la luz...


-Era ella-me digo a mí mismo-, era ella y sé que algún día la encontraré fuera de mis sueños.
Y es que tras varios días lo comprendí, pues a veces los sueños pueden ser tan reales, que podemos llegar a dudar de si este preciso momento es una ilusión.
Y es que sé que esa persona especial en mi vida me está buscando, comunicándose conmigo a través de los sueños.
Apareces en mi cabeza, como si fueras mi angel de la guarda, e iluminas mi camino a pesar de ni siquiera conocerte ni saber quien eres aún.
Esto me hizo pensar que el día es el reflejo de la noche; Cuando cae la oscuridad, lo que desaparece es toda la luz, pues las sombras siempre están ahí, ocultas bajo la claridad y no al contrario. La luz es cegadora y nos impide ver el camino que debemos seguir, por eso debemos entender, que la verdadera realidad, es la noche.

El día es un espejismo que debemos aprender a distinguir.


-Vii Broken Crown-


``Cuando veas a un niño preguntar, porqué el sol viene y se va, dile; porque en esta vida no hay luz, sin oscuridad´´  -La danza del fuego. Finisterra-

2 comentarios:

  1. Una duda
    ¿El astro Rey no es el sol?

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    Respuestas
    1. Correcto. Las entradas más antiguas tienen ciertos errores. ¡Gracias por la corrección! :)

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