domingo, 11 de marzo de 2012

Rey de mi alegría

Hubo un tiempo en el que la vida tuvo la fuerza y la valentía de hacerme feliz. Un tiempo donde lo más importante para mí, eran las personas que se encontraban a mi alrededor; estaba rodeado de quién le importaba, día tras día, eran muchos, decenas, estaba inmerso en un manto de buenos momentos fabricados por ellos.
Siempre sonrientes...
Siempre preocupados...
Siempre agradecidos...
Siempre presentes...


Las decisiones a menudo suelen parecerse a las apuestas. Nunca fuí bueno en el juego, y por supuesto, perdí. Abandoné todo lo que tenía, y empecé una nueva vida, sin distinguir lo bueno de lo malo, sin importar las consecuencias. 

Grave error.

Apostar a una sola mano nunca es buena elección, pues siempre hay alguien que tiene un as en la manga, del que tú ni siquiera te habías dado cuenta de que estaba allí mucho antes de que tu llegaras. Vivimos siempre luchando... ¿y para qué?, todo lo apostamos por amor.


Mantener la calma, la esperanza, no es tan sencillo cuando la persona que fuiste se ha perdido como un grano de arena en el mar. Cuando tu mente elimina de su diccionario las palabras que tanta falta te hacían: La confianza, la alegría, la esperanza...

Hace ya mucho que no disfruto de ver salir el sol por las mañanas... curioso, pues antes me encantaba. Ahora prefiero los atardeceres, son como la vida misma: Comienzan llenos de luz, te iluminan, te muestran el camino, pero poco a poco se apagan, nublando todo lo que conoces, la luz te abandona y las sombras te abrazan, hasta que te ves hundido en la más profunda oscuridad.


Me he dado cuenta de que soy un atardecer.

Hubo un día en el que todo comenzó... Hubo un día en el que todo terminó...


Hubo un lugar donde fui alguien. Un lugar donde sentía que nada podía ir mal, donde estuve largo tiempo agradecido de tener un sitio así, un lugar, una historia. Donde siempre estaba presente el sol, y las nubes nunca eclipsaban sus rayos llenos de ganas de vivir.

Ahora entiendo que un día soleado no tiene porqué ser ``buen tiempo´´. Todos piensan igual, ¿por qué tenéis que dar por supuesto que un día nublado tiene que ser malo?. Los mejores días de mi vida... de mi antigua vida... han sido en dias en los que la lluvia caia sobre mi cara, las calles estaban llenas de agua, y cada gota podía ser un sueño que cumplir. 

Pero los sueños se acaban, desaparecen, muchos sin cumplirse, al igual que las gotas de lluvia, finalmente acaban desapareciendo, se despiden colina abajo o se evaporan sin dejar rastro. 
Recuerdo cuando llegué a creerme, aquello de que cuando un sueño muere, es porque se ha hecho real. Que gran mentira.

Cuando un sueño muere, es porque no ha llegado a cumplirse, cuando tienes la certeza de que se ha desmoronado completamente, sin remedio, sin causa, por culpa del maldito destino.

Solo cuando tu mayor sueño no llegue a cumplirse, comprenderás de lo que estoy hablando.


Todos somos diferentes... pero a la vez somos iguales. Somos ingenuos, simples, ciegos ante ese sentimiento al que le tengo rencor.
El amor es lo mejor que te puede pasar, sientes que todo es posible, nada malo te afecta, deseas que llegue un nuevo día para ver a esa persona de nuevo, abrazarla, besarla. Sientes que ha merecido la pena sufrir en el pasado para encontrar a esa persona que, supuestamente estabas esperando. 

No te equivoques, el verdadero amor es... como los amigos; nunca se busca, ni se espera, simplemente, se encuentra. Nunca digas que esperaste a esa persona, pues te estas engañando, ¿no me crees?, recuerda que no siempre has conocido al ``amor de tu vida´´, hubo un tiempo en el que ni siquiera supiste de su existencia. No seas hipócrita contigo mismo.


Todo es muy bonito visto desde el punto de vista del amor, pero los que de verdad vemos la realidad, somos los que hemos sido olvidados, rechazados, rotos y abandonados. Ya no creo en las historias de autocompasión de que todo es posible, de que siempre aparece alguien mejor, de que no nos mereciamos a alguien. Sigue engañándote a ti mismo, algún día descubrirás lo que es vivir de verdad, que por muy perfecta que sea una historia, no es inmune al dolor. Puede sufrir, quebrarse... Todo en esta vida nace y muere, incluidos los sentimientos, por muy grandes que sean.


El amor es lo peor que te puede pasar, si eres tú el que se queda fuera de él.


¿Hay algo peor que no ser correspondido?, si, volver a no ser correspondido. Es como morir estando muerto; No puedes sentir nada, pero aún así, vuelves a sufrir dolor.

Buscamos el amor porque bajo sus efectos no importa nada mas que el TU y el YO, o mejor dicho, el NOSOTROS. Nada de lo demás existe, vivimos inmersos en una realidad que no es del todo cierta, ¿el amor es ciego?, no, el amor te hace ciego.

A pesar de esto, seguirás pensando en que todo da igual, mis palabras solo influyen a quien ha sido desterrado al olvido.

Hubo un objeto... que definia a la perfección mi estado de ánimo, de hecho, lo estás viendo, ahora mismo. Siempre conmigo, nunca salía sin el. Era mi identidad, mi señal inconfundible de que todo iba bien, su significado, no era otro que el simbolo de que sentía alegría por mi esperanza, por mis sueños, creía que todos teníamos derecho a ser felices, que nada era imposible... que lo nuestro podía llegar a cumplirse. Pero llegó el día, en que aquel objeto, cayó al suelo, se desmoronó, y con el, mis sueños. Para mi fué una señal; Aquello que yo consideraba el símbolo de mi felicidad, se encontraba en el suelo, roto, y eso tuvo que ocurrir por algo. 

Desde entonces me propuse no volver a llevarlo, hasta que volviese a ser realmente feliz, no me merezco llevarlo si no soy sincero conmigo mismo. Y desde entonces yace colgado de una esquina en mi habitación, triste y gris, sin el brillo que antes le caracterizaba, esperando volver a acompañarme.
 
¿Llegará el día en que vuelva a colgarlo de mi cuello?, quién sabe, todo es posible, nada es seguro, lo que sí tengo claro, es que si un día pude ser feliz, existe la posibilidad de volver a serlo. Fuí muy grande, el rey de mi alegría, ahora no soy nada, no recuerdo cuando fué la última vez que mi cabeza no pensaba en lo mismo una y otra vez...


Coronaré a mi felicidad, cuando tenga un reino donde gobernar.




 ``Cuando un sueño muere, es porque se ha hecho real´´ (lo siento, pero ya no lo creo).
                      Hoy te toca ser feliz  -Gaia II-

No hay comentarios:

Publicar un comentario