lunes, 23 de julio de 2012

Guerrero de una batalla invisible

Tendido en el suelo, mis pies no responden. caído en batalla, mis brazos me ignoran. Mi cabeza, tendida hacia arriba, mi vista solo percibe el color naranja de un cielo que sangra por las nubes. Me siento inútil, sin fuerzas para vivir.
Consigo mirar a mi derecha, allí está: Tendida en el suelo, la espada con la que luché, quebrada y sin vida, perdida en el silencio que ya le espera por siempre.
Ante tal imagen, pronosticando el final, mi cabeza le habla a mi corazón, y este a duras penas, consigue responderle:



-¿Por qué esta situación?, --le dijo mi cabeza al corazón--. Yo no quería este final, ni el mío, ni el tuyo, tan solo unidad.

El corazón, difícilmente pudo contestar: 

-Siempre fuimos distintos, nunca estuvimos de acuerdo. Tu seguías a tu instinto,  y yo a quien beso cuando duermo.

Siendo testigo mudo de aquella conversación, aún era capaz de escucharles, aunque poco quedaba de fuerzas en mí, no quise interrumpirles en sus últimas reflexiones.

-Corazón, lo arriesgaste todo sin razón. Pudiste ahuyentar más de una vez el daño, pero seguiste destruyéndote durante años.

-No me culpes sin motivo, pues te dejas algo en el olvido, recuerda que desde que nacimos, ambos hemos sido enemigos.

-Tan solo hemos tenido diferencia de opiniones, pero sabes que no me equivoqué. Todo salió mal cada vez que tuviste ilusiones, nada de lo que deseaste así fue.

Mi vida se apagaba conforme el cielo oscurecía, mi vista era cada vez más borrosa y ya no podía ver con claridad. Las palabras de mi cabeza, me afectaron al corazón, que quedó en silencio sin responder. De pronto, millones de imágenes recogidas a lo largo de dos décadas volaron ante mis ojos:

 ``Veo aquellos años en silencio, cuando supe lo que era sufrir, esperando algo que nunca ocurrió´´.
``Veo el primer beso. Recuerdo aquella noche bajo la lluvia, como sacado de una película´´.
``Veo el día en que dije te quiero por primera vez, sin recibir ni una vez las mismas palabras´´.
``Veo aquel momento en el que me convertí en lo que hoy detesto, una etapa cerrada por la que pagué´´.
``Veo el instante en que todo cambió, un largo tiempo que creía que sería eterno, y no lo fue´´.
``Veo el dolor, la utilización, los sentimientos disfrazados que terminaron cuando dejé de ser útil´´.
``Veo lo aprendido, cuando, por una vez, dejé de caer y me adelanté a los acontecimientos saliendo ileso´´.

Comienzo a notar por mi mejilla, una caricia en forma de lágrima... Sin duda mi alma está triste, no quiere recordar, quiere cegarse y olvidar. Tantísimas historias que pocos conocen, o que simplemente ignoran o fingen comprender.
Ya casi estoy dormido, quizás sea mejor así, pero de repente vuelvo a escuchar un leve susurro; Es mi corazón, respondiendo finalmente a la última conclusión de su eterna enemiga:

-Puede que todo saliera mal, pero mereció la pena mientras duró. Pude disfrutar, arriesgarme para sentirme vivo, y aunque ahora ya no, esa es la diferencia entre tu y yo...

Justo cuando creía todo perdido, un tenebroso impulso me devolvió las fuerzas. Mis brazos y piernas volvían a responder, mi vista de nuevo conseguía ver, ¿era un milagro?, no lo creo, mas aún así no estoy seguro de lo que pasó.
Me levanto del suelo en el que estuve tumbado a punto de morir, sin saber por qué, consigo ponerme en pié. Pero no todo iba a ser bueno, pues siento un terrible peso sobre mí. Me cuesta a horrores caminar, como si llevara a la espalda un lastre de millones de kilos. Me miro las manos y descubro el motivo.

Esta nueva oportunidad, tiene un coste adicional. Un aura oscura me cubre por completo, impidiéndome ser del todo como antes. Pesa demasiado, pero, ¿debo dar gracias por poder seguir caminando?, creo que sí. Es una nueva oportunidad... Y no pienso desperdiciarla.

Camino unos metros y miro hacia abajo. Me inclino y empuño la espada que me ha acompañado durante todos estos años con gran fuerza. Puede que esté  quebrada, pero no me importa, pues seguiré combatiendo con ella, defendiéndome de todo el daño que me espera en mi camino, pero sin volver a caer gracias a esta nueva fuerza.

Finalmente, comienzo a moverme de nuevo por este desierto, hacia el horizonte, mirando hacia adelante, sin mirar aquella silueta en el suelo, dibujada con mis sufrimientos del pasado. Mientras me alejo en este páramo poco a poco, miro al cielo con mi arma al hombro, intento sonreír sin éxito, clavo la mirada en las estrellas y me digo a mí mismo:

-No hay que morir por una batalla a la que nadie le importa.

-Vii Broken Crown-


``¿Quién me vende un alma y me presta esperanza, pues es el fin del camino y no se a donde ir?´´
-Mägo de Oz, El fin del camino.


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