jueves, 15 de noviembre de 2012

Susurros del Crepúsculo

Hoy es uno de esos días en los que el anochecer te acoge en el seno de su segura oscuridad.
A través de la ventana de mi nuevo hogar, hecho un vistazo al nuevo paisaje. Tan diferente... tan desconocido...
Resulta extraño que el sol se ponga entre edificios, en lugar de caer rendido bajo la linea del mar.


Mientras pierdo la vista en aquel baile de luz y sombras, permanezco bajo una manta junto a mi ventana, resguardado del frío y la lluvia que choca tímidamente contra el cristal. Por alguna razón, a estas horas, siempre me invade la esencia de viejos recuerdos. Un día me marché para huir del pasado. Creyendo que podía escapar de él.

Que grave error...

El pasado viaja contigo allá donde vayas. Hice el equipaje con todo lo necesario para emprender el camino, pero me llevé algo con lo que no había contado sin darme cuenta; la soledad. Soledad que me acompañó en silencio. Polizón del alma que bebe de tus lágrimas. Compañera que me besa cada noche al dormir junto a mí.

De pronto, una voz se hace presente. No consigo ver a nadie, mas aun así escucho con total nitidez sus palabras.
   —Estas lejos de casa, pequeño—, me dijo.
  Sin saber exactamente por qué, quise volver a escucharle. Ese alguien... o algo, estaba aquí conmigo, aunque yo no lo viera.
   —¿Qué te atormenta?—insistió.
   Por alguna extraña razón, y a pesar de un evidente sentimiento de miedo al no saber de dónde procedía aquella voz, me dispuse a contestar en una habitación en la que solo me encontraba yo.
   —¿Quién eres?—Me atreví a decir.
   —Soy todo lo que ha sido y todo lo que es. El espíritu de cada día que acaba, la luz que muere frente a la inminente sombra.

   Manteniendo el miedo dentro de mí, cerré los ojos en espera de que aquella conversación continuara.
   —No temas. ¿Qué te atormenta?
   Aún no entiendo el motivo por el que respondí, en cierto modo fue como si estuviera hechizado, pues mi contestación fue desde el interior.
   —Preocuparme, me preocupo por muchas cosas, quizás demasiadas. Me preocupa mi pasado, todo lo que he vivido y que hoy duele. No hay nada más triste que un recuerdo feliz, porque un recuerdo nunca regresa, y sólo puedes limitarte a recordarlo en silencio, aceptando que ya no volverá.
   Me preocupa el futuro también. 
  No sé lo que está por venir, y tengo miedo de a lo que tenga que enfrentarme. Es algo que no se puede describir con palabras, es como si caminara frente a un puente roto, en donde algún tramo estuviera quebrado y supieras que debes saltar para no caer al vacío, pero siento como si llevara una venda en los ojos, haciéndome imposible saber cuando llegará el momento de estar listo para saltar.
   De pronto, se hizo el silencio.
   —Te atormenta tu pasado, porque te recuerda lo que has vivido. Te perturba tu futuro, por no saber lo que esta por venir. Mas aún así, ¿qué hay de tu presente?
   Esa pregunta no me la esperaba, me quedé totalmente en blanco.
   —Nada... Supongo.
   —Un presente nunca puede ser nada, sino todo. Es un resultado de todo lo que has hecho y el punto de inicio a lo que llegarás a ser. El conjunto de lo que has vivido toma apariencia en el presente, y esa apariencia eres tú.
   —Yo no soy el mismo que antes—dije bruscamente.
   —Sí que lo eres. Puedes engañar a los demás creando una coraza fría e impasible. Puedes engañarte a ti mismo negando lo evidente. Puede que anheles lo que un día tuviste, pero aunque tu pasado te haya hecho sufrir, si abrazas ese dolor todos los días, eres tú mismo el que sigue haciéndose daño.

   Una triste sonrisa apareció en mi rostro. Llevándome la mano al cuello, sujeté mi colgante con fuerza y respiré hondo sin dejar de sonreír.

   —No tienes ni idea. He pasado demasiado tiempo reteniendo sentimientos demasiado grandes, sin poder evitar que finalmente me destrocen. Muchos meses dando palos de ciego, buscando algo que, cada vez, creo con más certeza que no encontraré.
No tienes ni idea de lo que es abandonar viejas promesas que se quebraron, eternas semanas de falsas esperanzas que pasaron a ser fragmentos de unos sueños perdidos. No tienes ni idea de lo que puede significar la devoción a la noche. Dejarte embaucar por los más profundos y nefastos pensamientos. Desear que lleguen todos los días esas noches de una oscura claridad contradictoria, en las que para distinguir el camino correcto, necesitas rodearte de la más absoluta devastación de tus sentimientos.
No tienes ni idea... Ni siquiera remotamente.

   Tras mis palabras, aquella voz guardó silencio mientras yo permanecía con la mirada puesta en el suelo conteniendo la lluvia que se avecinaba sobre mi rostro.
   —Sé que estas frente a esa ventana porque adoras el invierno. Sé que preferirías el calor de un abrazo antes que un beso que no signifique nada.
Sé que duermes todas las noches sobre una esponja de llantos a la que llamas almohada. Sé que tienes miedo de volver a sentir algo por alguien.
Sé que eres incapaz de escuchar ciertas canciones porque te recuerdan a momentos felices. Sé que no te quitas nunca ese collar, porque en él crees guardar todo lo bueno que queda en ti.
   Sé que hoy... Hace un año, perdiste el corazón.
 
   En el momento en que escuché esas palabras, caí rendido ante tales verdades. Un fuerte abrazo invisible me envolvió al instante. No comprendía como aquella voz podía saber tanto de mí. Fue como si hubiera estado escuchando todos mis pensamientos durante mucho tiempo.
   Aquel abrazo inexistente quedó grabado a fuego en mi alma.
   —Si sabes tanto de mí, hazme salir de dudas. Dime qué debo hacer; luchar por mirar al frente de una vez, o preparar una última batalla desesperada por recuperar lo que perdí.
   De pronto, el sonido de un metal cayendo al suelo llamó mi atención. Recogí una vieja moneda, aparentemente de otra época. Ante el deseo de saber qué significaba, un susurro solucionó mis dudas incluso antes de preguntar.

   —Pregúntale qué debes hacer para ser feliz de una vez. Asigna una respuesta a la cara y otra a la cruz. Por último, lanza la moneda al aire.
   Esta moneda siempre te sacará de dudas, no porque a la fuerza tenga que salir uno de los dos lados, sino porque en ese breve momento en que la moneda está en el aire, de repente, sabes qué cara quieres que salga...

   Hazlo siempre...
   No lo olvides...
   Pues algún día, volveré...
   Y ese día, serás alguien nuevo...

Después de aquellas últimas palabras, no volví a escuchar aquella voz. Sé que no fue un sueño porque aún guardo esa moneda, porque le hice caso y la lancé al aire... porque aún estoy frente a esta mesa observando el resultado que la moneda me mostró aquel día, frente a la respuesta que quise saber, baso mis palabras en aquella noche en la que, un fantasma del anochecer, me dijo lo que tenía que hacer.



A veces el sufrimiento es tan fuerte, que en vez de superarlo, aprendemos a vivir soportándolo.

-Vii Broken Crown-


``Y a pesar de que no estás, te llevo cosida a mi piel, tu recuerdo se ha instalado en mi a vivir´´ 
-Mägo de Oz, Xanandra-

8 comentarios:

  1. Viceeeeen!! Me ha encantado tu entrada!! que sepas que aunque este año estemos alejados los días laborales yo siempre te llevo conmigo, ya que me acuerdo de ti, que te echo muchísimo de menos por las tardes ya que eran las tardes que ocupabas... siempre estabamos juntos... pero bueno, si ahora toca estar alejados no pasa nada, tenemos los fines de semana. Creo que ya lo sabes pero te lo digo, que eres mi mejor amigo desde hace ya muchííííísimo tiempo, que te quiero como si fueras mi hermano de sangre, que nunca te olvídare aunque nos separará el destino ( que no creo ) y que espero que algún día ya pronto encuentres a tu alma gemela... Que te quiero!! (LLL

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    1. Muchísimas gracias Mota, sé que eres de las únicas personas que estará a mi lado pase lo que pase.

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  2. Ya echaba de menos tu blog :)

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  3. Sin palabras.. me ha encantado..

    Sabes? no hay muchas personas que me hagan sentir con palabras, como lo haces tú. Haces que las palabras cobren vida, haces que viva tus pensamientos, tus forma de ver las cosas..las cosas que te han sucedido.. tengo los pelos de punta. Aparte de un gran amigo, eres una excelente persona. No me cansaré de decirlo.

    Estoy ansioso de volver a leer más y más cosas.. de volver a identificarme. Solo TÚ sabes conseguirlo. Siempre contigo.

    Jc.

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  4. No hay mayor satisfacción, que saber que mis palabras le sirven a alguien. No sabes como te lo agradezco, de verdad.
    Muchísimas gracias, y espero que te gusten las próximas entradas, que, por supuesto, una de ellas tiene reservada tu dedicatoria.

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  5. Ha sido increible. Hacía tiempo que no me emocionaba así con una historia. Y la música de acompañamiento es estupenda ;)

    Acabo de descubrir esto, pero ten por seguro que me pasaré más por aquí.

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    1. Lo mínimo que puedo hacer, es agradecerte tu visita, Fénix.
      Espero que te gusten las próximas publicaciones y de nuevo muchas gracias por tu comentario :)

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